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La odisea de los habitantes de exclusivas zonas de Bogotá por piques ilegales

La odisea de los habitantes de exclusivas zonas de Bogotá por piques ilegales

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En la avenida Circunvalar, los residentes se encuentran en pie de guerra contra una práctica que ha venido incrementándose en los últimos meses: los piques ilegales. En estos se ven automóviles y motos de alta gama, incluso modificados para alcanzar mayores velocidades, y así saciar la adrenalina que viven durante esas jornadas.. (Le puede interesar: ‘Antes de 6 meses, esperamos ver obras en corredor del Regiotram de Occidente’: Rey). Esta actividad, que se realiza todos los martes, miércoles y viernes e incluso al amanecer del sábado, no los dejar ni siquiera dormir y esas noches se convierten en un infierno.. La Circunvalar es una vía que transita recostada en los cerros orientales, solo son dos carriles donde no hay mucho espacio para el error o una impericia, que puede ser la causa de accidentes o incluso llevar a estos vehículos a terminar fuera de la vía o colisionando contra alguna vivienda.. Pero no es la única vía en la que suelen presentarse esas competencias. También se registran en la carrera 30, en la avenida Boyacá, en la calle 170 y en la Ciudad de Cali.. El ruido que generan con el rugir de los motores, el rechinar de los neumáticos y hasta la algarabía de los hombres y mujeres que se congregan alrededor de esas peligrosas competencias, en las que no hay respeto a las normas ni el más mínimo cuidado, les preocupan y por eso reclaman ayuda de las autoridades.. Atención: más de cincuenta barrios de Bogotá se quedan sin agua por daño en obra vial. Las razones por las que la violencia intrafamiliar va en aumento en Cundinamarca. “En la Circunvalar. Cada noche, esta avenida se convirtió en una pista de carreras, se reúnen bastantes conductores”, dijo María Pérez, una residente afectada, quien aseguró que debido a esto no se disfruta estar en casa porque el ruido es tan ensordecedor, y el miedo a que ocurra un accidente es constante.. Emilio Cortés, residente del exclusivo barrio Rosales, aseguró que desde hace aproximadamente cinco meses esta actividad persiste hasta altas horas de la madrugada y crea un entorno propicio para el consumo de alcohol y drogas. Además, en ocasiones es escenario de grescas en las que salen personas heridas.. Cortés indicó que los piques se inician en la calle 26 y se extienden hasta la 85, en ambos sentidos de la vía, y que le preocupa el desorden y la ausencia de control de las autoridades. “Es esencial que tomen medidas decisivas para abordar esta problemática y restaurar el orden en la zona”, insistió Cortés.. En la misma línea, Cecilia Montes, residente de la zona, señaló que los piques ilegales se han convertido en una fuente constante de molestias no solo para ella y su familia, sino también para todos sus vecinos.. Piques ilegales en Bogotá.. Foto:. Secretaría de Seguridad. Se escucha música, juegos artificiales, gritos. Todo eso genera intranquilidad para quienes habitamos cerca de la 30.. FACEBOOK. TWITTER. “Los estruendosos ruidos de motos y autos perturban la tranquilidad del vecindario, generando un ambiente de peligro tanto para quienes participan en estas prácticas como para los residentes locales”, aseguró esta mujer.. Montes, igual que Cortés, dijo que necesitan de manera urgente que esta situación sea abordada por la Alcaldía, ya que no solo afecta la calidad de vida de esa comunidad, sino que también representa un riesgo significativo para la seguridad pública.. Así como los vecinos de la Circunvalar sufren por los piques ilegales, estos también afectan a habitantes de otras zonas de la ciudad. Es el caso de Daniel, quien vive en la calle 26 con carrera 30, un sector céntrico de la capital del país; si bien la 30 tiene varios carriles, es una vía principal que pasa cerca de centros comerciales, estaciones de servicio, viviendas y mucho comercio.. Este bogotano de más de 40 años de edad aseguró que los piques ilegales en su sector son un total desorden. “Se escucha música, juegos artificiales, gritos. Todo eso genera intranquilidad para quienes habitamos cerca de la 30”.. Y agregó que esta actividad ilegal se inicia en la calle 53 y finaliza en la calle 26, y que el año pasado en ese escenario se produjeron robos después de un partido de fútbol.. Ante la queja de los residentes de las zonas afectadas, el subintendente de la Policía de Tránsito José Eduardo Moreras Díaz dijo que una de las medidas que están implementando para abordar este problema en Bogotá es la instalación de puestos de control en diversas zonas de la ciudad, para disuadir de ese tipo de comportamientos a los motociclistas y conductores de vehículos.. Según Moreras, estos operativos los hacen los miércoles y jueves en puntos donde se lleva a cabo esta actividad, desde las 9 de la noche hasta las 3 de la mañana.“Aproximadamente somos 50 o 60 agentes de tránsito en lugares como la calle 170 con avenida Boyacá, entre calle 63 y calle 72, la carrera 30 y la avenida Ciudad de Cali, la calle 26 y también en la avenida Circunvalar, que es donde ellos realizan esos piques”, indicó el suboficial de policía.. El objetivo principal de las autoridades es disolver estas prácticas peligrosas, no perseguir a los infractores.. FACEBOOK. TWITTER. Moreras explicó que la situación es más grave cuando llegan las patrullas y los conductores salen en contravía por corredores principales y ponen en riesgo la vida de ellos mismos y de los ciudadanos que transitan por esos corredores.. Es importante mencionar que los controles se llevan a cabo en colaboración con la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), y las autoridades indican que ha habido resultados positivos porque han logrado inmovilizar vehículos e imponer comparendos.. En lo que va del año se han realizado 13 operativos que dejan como resultado la imposición de 82 comparendos a conductores y 25 vehículos inmovilizados. Las localidades donde más han impuesto infracciones por exceso de velocidad y alteración del orden público son Engativá, Suba, Barrios Unidos y Puente Aranda.. Moreras explicó además que es muy complejo abordar el problema de los piques ilegales porque los infractores ven atractiva la persecución policial, lo cual añade un elemento de adrenalina y riesgo.. “El objetivo principal de las autoridades es disolver estas prácticas peligrosas, no perseguir a los infractores”, agregó.. Esta decisión se fundamenta para evitar accidentes de tránsito, que lamentablemente han ocurrido en el pasado, cuando se han dado situaciones de persecución de la policía a quienes participan en estas actividades ilícitas.. Este año, las autoridades han impuesto 82 comparendos a conductores por exceso de velocidad y alteración del orden público.. Foto:. Secretaría de Seguridad. Pese a que esta actividad se ha convertido en una molestia para muchos habitantes de la ciudad, hay grupos y colectivos que promueven y organizan piques legales.. Debido a que actualmente no se cuenta con permisos, ni un espacio para llevarlos a cabo en Bogotá, se hacen en el autódromo de Tocancipá, a unos 40 minutos de la capital. Para participar hay que pagar.. Hernández explicó que hace 30 años, desde su colectividad promueven la práctica legal de cuarto de milla y piques tanto en Bogotá como a nivel nacional. Por eso, todos los sábados de 6 de la tarde hasta la medianoche organizan piques, según la disponibilidad de la pista del autódromo.. En esta actividad se puede participar en cualquier tipo de vehículo. Los conductores deben contar con licencia de conducción y es necesario ser mayor de edad; o si la persona tiene entre 15 y 17 años, debe ir acompañada de su papá, mamá o adulto responsable. Están prohibidos el consumo e ingreso de alcohol y sustancias psicoactivas; si la persona interesada en participar llega al sitio bajo los efectos de alguna de las sustancias mencionadas, no se le permitirá el ingreso.. Para el caso de los motociclistas, deben hacer uso de casco, chaquetas, rodilleras y botas o monotraje.. El costo por conductor es de 80.000 pesos; copiloto, 50.000, y 20.000 para espectadores. Esos montos les cubren a los participantes un seguro, uso de la pista –las pasadas que alcance durante la jornada–, asistencia de ambulancia y bomberos en caso de ser necesario.. Además, el acceso a personal idóneo que les explica a los participantes que quieran sobre el uso del sistema y seguridad en pista, los tiquetes con los resultados de la corrida y recomendaciones para mejorar tiempos.. Los sábados se realizan piques legales en el Autódromo de Tocancipá. Para poder competir hay que pagar.. Foto:. Cortesía Icrea, Felipe Rodríguez. Otra actividad dirigida a las personas a las que les gusta la velocidad es la de Time Attack, tandas cronometradas en un circuito cerrado y con todas las medidas de seguridad.. Según Juan Lamus, director de Time Attack Colombia y piloto profesional, este tipo de evento se lleva a cabo cada mes y medio, de 7 de la noche a 1 de la mañana, por lo general se hace en días de semana. El costo varía entre los 100.000 y los 300.000 pesos.. Las condiciones para poder participar son las mismas que para piques, pero además, tanto el piloto como el copiloto deben usar casco de seguridad.. “Llevamos 10 años haciendo eventos y no hemos tenido accidentes graves, son solo de latas o hay casos en los que los vehículos se salen de la pista y por supuesto se le presta la ayuda y atención a los vehículos”, indicó Lamus.. Además de esas actividades, está la opción hacer un curso en la Escuela Sandero, para certificarse ante la Federación Colombiana de Automovilismo como piloto de competencia.. “El costo del curso es de 2’200.000 y las clases son teórico prácticas y se les enseña a cómo conducir en pista y coger una curva, las variaciones que tiene técnicamente un carro de carreras, cómo conducir mejor un automóvil y no cometer errores comunes”, explicó Robert Kunzel, gerente encargado del club Los Tortugas.. ÓSCAR REPISO Y LOREN VALBUENAREDACCIÓN BOGOTÁ

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