“Soy Ivana Icardi, tengo 20 años, nací en Rosario, aunque vivo en España y soy estudiante de Diseño de Moda. Me gustaría entrar a la casa para dejar de ser ‘la hermanan de…’. Soy rompecorazones porque me canso rápido de los chicos. No me gustan los futbolistas, son un poquito locos, infieles. Con mi hermano Mauro estamos distanciados, porque tiene una vida diferente. Sí, me tienen que tener miedo porque tengo personalidad muy fuerte y vengo dispuesta a ganar”. Así se presentaba la joven en 2016 en el casting para entrar a Gran Hermano y, gracias a su paso por “la casa más famosa del país”, logró que no sólo la conozcan por ser “la hermana de…” o “la cuñada de Wanda Nara”, para convertirse en un personaje en sí mismo trascendiendo a su familia.
Hoy Ivana es una participante serial de realities (estuvo en al menos cuatro y en todos encontró el amor) convirtiéndose en figura en Italia y España, donde llegó a realizar sus confesiones más íntimas como las que tienen que ver con su infancia y la falta de cariño que sentía por parte de su padre. Mamá de Giorgia de dos años y medio, fruto de su relación con el exbasquetbolista uruguayo Hugo Sierra, a quien como no podía ser de otra forma conoció en un programa de televisión, este año ingresó a Gran Hermano Dúo, la reversión española del ciclo que consiste en que los famosos entren a la casa en dupla con sus ex parejas o personas con las que tienen cuentas pendientes.
Así las cosas, la hermana del jugador del Galatasaray ingresó al programa con Luca Onestini, hermano de Gianmarco, con quien la rosarina tuvo un affaire durante su paso por Gran Hermano Italia. Tras ser eliminada en la quinta gala del reality, regresó como visitante haciendo dupla con Mario Ramírez, popularmente conocido como Finito, un youtuber y artista español que hace shows con su hermano Keroseno. Pareja en el juego y parece que también en la vida real, Icardi y su nuevo compañero habrían comenzado un romance cuando ambos salieron de la casa y lo dejaron en evidencia frente a las cámaras cuando regresaron de visita y tuvieron lo que allí llaman un edredoning (sexo bajo las sábanas).
Mauro y Wanda también fueron tema de conversación en esta nueva aventura aunque, esta vez, para sorpresa de todos, Ivana defendió la relación entre su hermano y su cuñada. “Si tu eres mi compañero de equipo y yo te meto en mi casa y tú te trincas a mi parienta…”, dijo en un diálogo su compañero de convivencia Manuel González y, aunque no la miró, de inmediato ella recogió el guante y fue a la carga: “Llevan once años ya. Al final no fue un calentón, ¿sabes? Es su mujer, se casaron en 2014 y tuvieron dos nenas y siguen juntos”.
Un poco de historia
La primera vez que Ivana participó de un reality fue en 2016, cuando ingresó a Gran Hermano, en ese entonces con la conducción de Jorge Rial. Hasta ese momento había tenido algunas participaciones y menciones esporádicas en los medios, sobre todo en 2014, cuando Mauro y Wanda contrajeron matrimonio y todos quisieron saber quién era y qué hacía aquella joven morocha de ojos azules.
¿Qué dirá de su familia? Era la pregunta por esos días y donde estaba puesta la lupa. Sin embargo, y contrario a lo que se esperaba, ella fue bastante cauta durante su paso por la casa y hasta se la podría acusar de hablar demasiado poco sobre las internas de los Icardi-Nara. Incluso, titubeó cuando le preguntaron cuál era el peor defecto de Wanda: “No quiero hablar, me llevo bien, me cae muy bien y no me hizo nada malo”. Eso sí, no dudó cuando quisieron saber sobre las virtudes del futbolista y respondió con brillo en los ojos: “Lo mejor que tiene mi hermano Mauro es lo buena persona que es, a pesar de todo lo que le pasa siempre sigue su postura y teniendo buen corazón. Pocos hombres se harían cargo de una familia como él a pesar de tener 23 años. Él los ama con locura, son sus hijos (en referencia a Valentino, Constantino y Benedicto) y su familia, los que están con él todos los días”.
“Mi vida no fue tan fácil, yo me tuve que mudar con mi familia cuando éramos chiquitos. me dolió mucho que mis papás se separaran. Mi hermano más chico y yo la pasamos mal, Mauro ya estaba haciendo su carrera. Siento impotencia porque piensan que mi vida fue fácil y mi hermano todo lo que tiene se lo ganó; tengo a toda mi familia separada porque viven todos en un lugar diferente, no puedo compartir un domingo con ellos”, confesó en alguna otra ronda de preguntas dentro de la casa. Sin embargo, años más tarde reflexionó y dijo que entendía que parte de la culpa de que no hubiera relación entre ella y su hermano era de Wanda, pero que él era quien lo permitía.
Ivana logró su objetivo y dejó de ser “la hermana y cuñada de…” y se convirtió en un personaje en sí mismo: no era necesariamente de las concursantes mas combativas de la casa, pero paso a paso logró llegar a la final, instancia en la que tuvo que competir con quien fuera su pareja dentro del encierro y durante tres años más: Luifa Galelesio, un joven futbolista que se consagró ganador del programa.
El amor que comenzó delante de cámaras ante el ojo de miles de espectadores, terminó de la misma manera cuando ella le fue infiel en su paso por Grande Fratello (Gran Hermano Italia), con Gianmarco Onestini. Como si se tratara de una puesta en escena, al salir de la casa ella negó todo, pero las cosas con quien fuera su pareja ya estaban rotas. “Las personas fuertes sonríen con el corazón roto, lloran con las puertas cerradas y pelean batallas de las que nadie se entera. He estado quebrado, he soportado, he conocido las dificultades, me he perdido, pero aquí estoy, sigo avanzando, volviéndome cada día más fuerte”, escribió dolido Luifa en sus redes para comunicar la ruptura.
La expareja se reencontró en 2020 cuando él intentó reconquistarla durante una nota en el ciclo Sálvame, de Televisión Española. “Me gustaría ser esa persona por la que te brillan los ojos, pero si vos sos feliz, yo soy feliz. Vos fuiste muy leal conmigo, por eso al día de hoy sigo amándote”, la sorprendió el exfutbolista. “¿De qué estás hablando? Sos una gran persona, pero cuando no hay amor, no me voy a mentir ni te voy a mentir a vos. Pensé que habías superado esta historia, yo ahora tengo pareja”, fue concluyente ella en un momento televisivo más que incómodo para ambos.
Es que para ese entonces ella ya había apostado por un nuevo reality (el tercero de su carrera) y a una nueva relación, cuando en su paso por el programa español Supervivientes, se puso de novia con otro concursante, Hugo Sierra, un ex jugador de básquet uruguayo 21 años mayor que ella. “La conexión fue total apenas nos vimos y en lo sexual también”, contó en pleno noviazgo. El romance no fue lo más recordado de su estadía en aquel concurso, sino que en medio del juego la cuñada de Wanda se tuvo que realizar un test de embarazo y contar los resultados en cámara.
Aquella prueba en medio del escándalo dio negativa, pero la relación continuó y poco más de un año más tarde, en agosto de 2021, ya instalados en Mallorca, los ex Supervivientes se convirtieron en papás de Giorgia. “Nuestra bebita bonita”, presentó ella a su hija. Pero cuando la pequeña tenía nada más que siete meses fue la misma Ivana quien se encargó de anunciar a través de sus redes sociales la ruptura: “Hace unos días Hugo y yo decidimos separarnos. Hace unos meses tuvimos una separación y tratamos de dejar a un lado nuestras diferencias y amarnos como en algún momento supimos hacerlo. Lamentablemente esas diferencias pesan más para nosotros y por nuestro bien y el de nuestra pequeñita decidimos que es necesario que cada uno siga su camino por separado para no hacernos daño ni que termine en conflicto”.
Tiempo más tarde admitiría que se fue con su beba a un hotel porque “no aguantaba más”, y explicó: “Los problemas empezaron cuando nació Giorgia. Me habían advertido que la parejas suelen cambiar, las mujeres necesitamos comprensión porque no se imaginan la revolución en el cuerpo, las hormonas, es una batalla de emociones. Quizás si hubiera recibido un poco mas de apoyo, que le dije a Hugo que necesitaba más apoyo en ese momento, la cosa hubiera sido de otra manera”.
El origen de todo
“A veces pienso que, si me hubiese quedado en Argentina con mi familia, hoy probablemente no sería tan osada a la hora de tomar decisiones”, dijo hace un tiempo en diálogo con HOLA recordando cuando a sus seis años su familia tomó sus valijas para instalarse en España en pos de una mejor vida para ella y sus hermanos Mauro y Guido, hecho que sin dudas forjó su carácter, pero también dejó cicatrices. Cuatro años después sus padres se separaron y su papá Juan Carlos -que además tiene tres hijos más grandes fruto de un matrimonio anterior-regresó a Rosario. Su mamá, Analía Rivero, rearmó su vida tiempo después y tuvo a los mellizos Alessandro y Martina, que eran bebés cuando fueron al casamiento de su hermano más famoso.
En más de una oportunidad, al hablar con la prensa española, Ivana se mostró afligida al recordar su infancia y especialmente su relación con su padre: “Nos hacía mucho daño y eso obviamente repercute en el tiempo y hoy en día ha hecho un poco que estemos todos como estamos, separados. Creo que al final mi padre no era consciente y ni hoy en día es consciente de las cosas que tendría que haber trabajado antes de formar una familia”.
“No sabía cómo demostrarle que no estaba conforme ni con su rol de padre, ni con su rol de marido. Mis hermanos y yo éramos partícipes de todo eso (peleas entre sus padres) y creo que hoy en día todas esas situaciones que tuve que vivir de pequeña hacen que tenga la personalidad que tengo”, agregó entre lágrimas. En GH Dúo contó que sus padres pasaban mucho tiempo fuera de casa y que su progenitor no sabía darles cariño. También definió al marido de su mamá como uno más de “su familia” y que este había cumplido un rol fundamental en su vida. “Me tocó hacer un trabajo de superación, perdón y el volver al pasado era muy duro. Quise sanar también para que a mi hija no se le transmita lo que yo viví. No quiero ser víctima pero quiero poner nombre a lo que nos pasa en la vida”, agregó.
Actualmente Ivana no tiene trato con su hermano Mauro. “Es triste, a veces pienso que nos estamos perdiendo de vivir muchas cosas juntos y que ya no se recuperan más”, dijo hace unos años y repitió semanas atrás. Al salir del último reality en el que participó recordó: “Cuando decidí entrar en Gran Hermano Argentina tuve conflictos con mi cuñada porque no quería que fuera. Llevamos sin hablarnos cinco o seis años con mi hermano”.
¿Por qué esa debilidad por los realities? Confesó alguna vez: “Cuando estuve en televisión me di cuenta de que, al final, siempre necesitaba volver a mi lugar. A pesar de lo que muchos crean, a mí no me atrae seguir en la estela. Cuando lo hice, fue por vivir la experiencia, por la exposición que genera nuevas oportunidades de trabajo y por lo económico también. Pero eso no me define, porque sé que puedo vivir un tiempo en un reality y después desaparecer y gestionar mis ahorros para vivir más tranquila. La tele es para estar un rato. Después, sólo quiero vivir en un mundo real con gente real”.