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El regreso de la icónica fiesta erótica de los noventa creada por una famosa pareja de la noche porteña

El regreso de la icónica fiesta erótica de los noventa creada por una famosa pareja de la noche porteña

En los últimos treinta años la relación entre Marcia Amoroso y Jorge Pizarro tuvo varias mutaciones. Compañeros de militancia política, amantes, socios, madre y padre y ahora amigos. Hay, en esa historia, dos hijos (hoy de 30 y 25 años) y se podría agregar que luego del “estado” actual de amistad volverán desde este viernes a ser socios. Porque en esa historia también existe una marca registrada, llamada El Condon Clú, que fue parte de una época y ahora revive gracias esta nueva condición de amigos-socios. Este viernes renace El Condon Clú, fiesta rockera que fue un clásico de la década del noventa, con un primer encuentro que se realizará cerca de la medianoche en C Complejo Art Media, de Corrientes 6271.

“Para principios de los noventa veníamos de esta situación que se daba en los recitales. Resultaba un bodrio esperar hasta que empezara a tocar una la banda a las 2 o 3 de la mañana y cuando terminaba ya te tenías que ir -recuerda Pizarro-. No teníamos estructura ni capital. Solo teníamos muchos amigos y lo que se nos ocurrió fue que hubiera fiesta antes de que tocara una banda y fiesta después, entre las 12 y las 6 o 7 de la mañana. Había performances eróticas y siempre repartimos preservativos. Imaginate en el año 91, no había mucha campaña. Por eso, así como promovíamos un ambiente erótico, de encuentro y pertenencia, también promovíamos el sexo seguro. Así comenzamos, el 4 de octubre del 91, en La Estrella de Maldonado, sobre la avenida Juan B. Justo, con una fiesta en la que hubo unas 400 personas”.

Triciclo Clos fue la banda pionera en las fiestas del Condon. Luego llegaron otras que terminaron siendo muy famosas y hasta tocaron en estadios. Desde rockeros que para ese momento tenían muchos kilómetros de ruta, como Pappo, hasta bandas como Las Pelotas, Los Piojos, Memphis La Blusera, Bersuit Vergarabat, La Mississippi y Los Auténticos Decadentes, que se consolidaron en esa última década del siglo pasado.

Para este regreso, El Condon Clú tendrá como número artístico central la actuación de Ritual 87, una banda que, justamente, alista a varios de los músicos que fueron parte de Los Piojos: Micky Rodríguez, Dani Buira y Chucky de Ipola. Antes tocará el bloque de percusión La Chilinga, el grupo que creó Buira cuando dejó Los Piojos y habrá un segmento de arte escénico a cargo del Grupo Performático Sur, dirigido por Mariana Bellotto, que presentará el espectáculo Mundo de mierda, donde no faltará el erotismo. El anfitrión de esta fiesta será Mosquito Sancineto, uno de los personajes ineludibles al momento de revistar esa corriente artística de los noventa, que tuvo en su estética lo contracultural, lo transgresor, lo posmoderno y lo iconoclasta de esos tiempos finiseculares.

En los noventa, el público del Condon Clú iba de los 18 años en adelante, con fuerte presencia de esa audiencia de edad universitaria, volcada más al rock que a las discotecas. “Estaban de moda las discotecas de Costanera. Pero esto era otro lugar de pertenencia –señala Pizarro-. Había una libertad absoluta en cuanto a los códigos de vestimenta. Mientras no jodieras al otro, la libertad era absoluta. Esa era la marca del Condon Clú”.

Marcia y Jorge crearon en 1994 Ave Porco, que abrevaba en la estética del Condon Clú pero para un público que era fan de la electrónica y los boliches, aunque no optaba por los estándares sino por espacios más chicos del under, a veces atravesados por lo kitsch, establecidos en un circuito en el que también estaban El Dorado, Morocco y Nave Jungla, entre otros.

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¿El Condon Clú apuntará a trasladar al presente aquel espíritu y aquellas estéticas, para que genere el efecto revival? Definitivamente no. “No pensamos convocar a nuestros contemporáneos –asegura Pizarro-. Estamos en 2024. Tanto Marcia como yo, desde que dejamos de hacer las fiestas del Condon, nunca paramos en la actividad artística y la gestión cultural. Tenemos nuestros años, pero avanzamos. Continuamos. En este caso en particular, si querés, el Condon tiene algo propio que es el rock, el erotismo y la fiesta. Hoy el rock llena estadios, pero no hay fiestas, al menos que yo conozca. Existen las de electrónica, las de cumbia y del trap. Pero de rock no hay. Y en cuanto al erotismo diría que se recibe por diferentes situaciones: estímulos visuales, olores, fluidos. Algunos van cambiando según la época. Nosotros hacemos hincapié en el contexto y la intención. Y eso es contracultural porque lo que proponemos es el encuentro en la fiesta, no de manera virtual. Si venís sin pareja, estaría bueno que encuentres una en la fiesta, o amigas, amigos y amigues. Eso, de alguna manera, es contracultura. Hoy ese tipo de relación es más virtual. Nosotros haremos un híbrido. No tenemos mucho material de nuestras fiestas de hace treinta años, pero luego de esta primera vamos a tener contenido. Vamos a aportar a esa construcción real de cercanía, erotismo y rock. Pero también se va a disparar en la web. Apostamos a eso. A ese público 20-24 que va a fiestas los fines de semana. Seguramente haremos dos o tres fiestas más en el año”.

¿Qué no puede faltar en el Condon Clú? “Al menos dos cosas –dice el productor-. Me he dedicado más de la mitad de mi vida a hacer fiestas. Por eso digo que hay dos cosas que no pueden faltar. Lograr un sentido de pertenencia para que te encuentres con quien te quieras encontrar. Para eso apuntamos a un público específico, amplio, poroso e inclusivo. La otra es ofrecer cosas distintas, pero no haciendo cambios radicales. A medida que avancen las fiestas vamos a buscar a esas bandas que están emergiendo, para triplicar públicos, como lo hicimos hace treinta años. Todo eso es el arte de la fiesta.

Lo que no se puede hacer como en los noventa es la organización de cada fiesta. “Antes toda la producción era muy permisiva. Se hacían cosas que hoy ya no se pueden hacer porque en medio hubo una tragedia de Cromañón y por esos mártires hoy estamos en una situación de producción muy controlada. Eso está muy bien. Hoy probamos todo antes. En cuanto a la expresión estética o a los modos actuales, claramente lo erótico de los noventa no es igual que ahora. Por suerte hay una deconstrucción súper positiva. Lo que en ese momento divertía y funcionaba, hoy no. Y tenemos cero nostalgia respecto a eso, aunque haya clásicos que en la música es imposible que no suenen y que venga gente –tal vez un diez por ciento- que en los noventa iba a las fiestas del Condon Clú”.

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