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No esperes demasiado del fin del mundo: una película tan inusual como virtuosa

No esperes demasiado del fin del mundo: una película tan inusual como virtuosa

No esperes demasiado del fin del mundo (Nu aștepta prea mult de la sfârșitul lumii, Rumania, Luxemburgo, Francia, Croacia / 2023). Dirección y guion: Radu Jude. Fotografía: Marius Panduru. Edición: Catalín Cristutiu. Elenco: Ilinca Manolache, Ovidiu Pîrșan, Nina Hoss, Dorina Lazar, Katia Pascariu, Laszlo Miske, Uwe Boll. Duración: 163 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años con reservas. Nuestra opinión: muy buena.

Ganador del Oso de Oro en el Festival de Berlín de 2021 con Sexo desafortunado o porno loco, Radu Jude es parte de la camada de la nueva ola del cine rumano que cosechó elogios en todo el mundo gracias a notables películas de directores como Cristian Mungiu, Cristi Puiu y Corneliu Porumboiu, entre otros.

No esperes demasiado del fin del mundo ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Locarno y fue exhibida en la última edición del de Mar del Plata. Es una película larga, por momentos anárquica, pero sobre todo provocadora, estimulante y muy incisiva, sobre la alienación que produce la sobrecarga de trabajo en tiempos convulsionados como los que vivimos, cuando garantizarse la supervivencia se ha tornado cada vez más difícil, pero la maquinaria global de marketing del consumo sigue funcionando full time.

Angela (una actuación extraordinaria de Ilinca Manolache) es una asistente de producción que duerme cuatro horas por día y se pasa el resto del tiempo haciendo castings para una modesta productora rumana contratada por una corporación austríaca que pretende salvar su buena imagen despegándose de cualquier responsabilidad por accidentes de trabajo de sus empleados.

La frenética búsqueda de un caso que sirva para producir ese clip manipulador es la columna vertebral de un relato de múltiples capas: las escenas de Angela conduciendo estresada por una Bucarest cargada de tráfico y tensiones, manteniéndose activa a base de tabaco, bebidas energizantes y punk rock agresivo, están filmadas en 16mm, en un melancólico blanco y negro granulado que se combina con los fragmentos en color retro de Angela Goes On (1981), largometraje protofeminista rumano de Lucian Bratu sobre la vida cotidiana de una mujer taxista en los últimos años del opresivo régimen de Nicolae Ceaucescu. La protagonista de ese film, Dorina Lazar, también aparece en un breve papel en No esperes demasiado del fin del mundo, reforzando una simbiosis marcada por la hostilidad permanente del entorno y los singulares mecanismos de defensa que despierta.

Jude también entremezcla referencias a Proust, Marx, la revista satírica Charlie Hebdó, las estrellas del cine porno, las prácticas funerarias en el antiguo Egipto y las extravagantes iniciativas de Uwe Boll, director alemán que ha ganado varios premios Razzie (destinados a lo peor de cada año) por sus insólitas adaptaciones de videojuegos y es conocido por desafiar a críticos de cine a dirimir sus diferencias en combates de boxeo.

Y además tiene un rol importante Bobiță, álter ego de Angela para Instagram y TikTok creado a partir de un filtro desprolijo y repelente que escupe obscenidades y las invectivas tan propias de los haters que hoy pululan por redes sociales y espacios para “comentar” noticias en los medios. El personaje es una sátira elocuente de Andrew Tate, un exboxeador estadounidense que se hizo célebre con su discurso de extrema derecha y que en 2022 fue arrestado en Rumania acusado de tráfico sexual. El de Jude es un patchwork ácido e inquietante sobre un presente muchas veces siniestro.

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